miércoles, 24 de abril de 2024

#hemeroteca #lesbianismo #memoria | Empar Pineda, la memoria encarnada

Empar Pineda, durante la entrevista //

Empar Pineda, la memoria encarnada

Empar Pineda Erdozia es una referente histórica para los feminismos, para la visibilidad lésbica, para las luchas antifranquistas. Presente en movilizaciones, jornadas, medios de comunicación... Empar siempre ha estado. En esta entrevista desgrana algunos de sus recuerdos que ya forman parte de la memoria colectiva.
María Sanz, Elena G Ruiz | Pikara, 2024-04-24
https://www.pikaramagazine.com/2024/04/empar-pineda-la-memoria-encarnada/

Todos los lunes por la tarde, Empar Pineda Erdozia se rodea de libros, carpetas, archivadores, carteles, fotos y recortes de prensa. Y se sumerge en recuerdos de las luchas que ha encarnado: la resistencia antifranquista, la militancia comunista, el movimiento feminista en los años 70, las luchas por el aborto, el divorcio y la eliminación del adulterio. Fue también una de las primeras lesbianas visibles en medios de comunicación en el Estado español, con un discurso que ponía en el centro el deseo y una sexualidad gozosa y fuera de la norma.

Pineda colabora con el Centro de Documentación Armand de Fluvià, que reúne una parte de la memoria histórica de las disidencias sexuales y de género en el Estado español. Dice, con ironía, que esta labor es una especie de penitencia, un castigo autoimpuesto. Cuando se está protagonizando la historia, a veces dejar registro queda en un segundo plano. “Yo no sé si por pereza o por falta de ponernos a pensarlo en serio, las feministas hemos sido más de tradición oral”, cuenta. Sin testimonios escritos, dice, a las palabras se las lleva el viento y las cosas quedan en “aventuras generacionales”. Esta tarde agarra al vuelo las anécdotas que no quedaron registradas, pero que hicieron historia.

¿Vamos entrando en harina?

  • Puta, zorra y comunista. “Uy, a esta la tengo que conocer”
  • Madrid, 1964. Facultad de Filosofía, Universidad de Madrid (hoy Universidad Complutense).Elecciones al sindicato democrático.

Empar Pineda acaba de aterrizar en la universidad para estudiar Filología Románica. Aún no sabe que la echarán -por alborotadora-, que le prohibirán matricularse en la Universidad de Barcelona, y que tendrá que dar mil vueltas y repasar miles de planes de estudios si quiere terminar la carrera. En mitad del franquismo, se tuvo que trasladar a Salamanca, y finalizó sus estudios en Oviedo.

Pero por ahora es una recién llegada desde Hernani, que mira con atención una lista con los nombres de las personas que se presentan a las elecciones del sindicato democrático en la universidad. Al lado de uno de los nombres, alguien ha escrito a mano: “Puta, zorra, comunista”. “Uy, a esta la tengo que conocer yo”, piensa Pineda. Todavía no sabe que no solo llegarán a conocerse y ser amigas, sino que esta persona le regalará una palabra que la acompaña desde entonces.

“Hasta ese momento, yo vivía mi deseo, mi atracción por las mujeres, sin ponerle nombre, sin saber de qué se trataba. Y le conté cómo yo tenía amigas que eran más amigas que otras amigas… Y me acuerdo que me dijo: ‘Mira, déjate de tonterías: eso es lesbianismo, y tú eres una lesbiana de tomo y lomo’. Oye, y no sabéis qué tranquilidad me dio tener un nombre, saber que tu experiencia de vida existe… para mí fue romper con una oscuridad”, expresa.

A partir de este momento, gran parte de su activismo y de su reivindicación feminista estará dedicado a visibilizar a las lesbianas. Desde su vida cotidiana, su conexión con su propio deseo y la convicción de que no tenía nada de malo, ser lesbiana aparece como una posibilidad, para ella y para muchas otras.

  • “Lesbiana porque sí”
  • Mayo 1985, revista Interviú. Titular a doble página: “Soy lesbiana porque sí”.

Empar Pineda es una de las primeras lesbianas que apareció como tal en los medios de comunicación. En aquel momento, no había muchas personas que se expusieran y, para los pocos medios que lo trataban, lo lesbiano era algo exótico, un objeto de estudio, algo sobre lo que se podía opinar sin encarnarlo. Un tabú, tal y como lo describió el programa Y usted, ¿qué opina? de Radio Televisión Española en 1987.

Este programa hablaba de “homosexualidad”, sin referencia explícita a lo lesbiano. Y en él se encontraba Pineda, junto al activista gay Jordi Petit, y frente a ambos un catedrático de Ética y Sociologia, un psiquiatra y el periodista que conducía el programa. Su objetivo era debatir qué suponía “la homosexualidad” en el plano moral, y se planteaba a la audiencia qué harían si un amigo de sus hijos fuera homosexual. Un cuadro.

En sus intervenciones, Empar Pineda es contundente: “A mí me llama poderosamente la atención que hoy, el día que sea de junio de 1987, se hable de homosexualidad y no se hable de lesbianismo. En la pregunta que habéis formulado se dice de si su ‘hijo’ tiene un ‘amigo’. El castellano, al igual que todas las lenguas, recoge o no recoge ideas dominantes en relación al predominio de los hombres sobre las mujeres. Y además existe una palabra que es ‘amiga’ en relación a ‘amigo’, y una palabra que es ‘lesbiana’ en relación a ‘homosexual’. El reportaje que habéis hecho sigue dando la idea de que la homosexualidad, como el coñac, es cosa de hombres. Eso es un prejuicio. Esta sociedad, que es tan tremendamente machista todavía, no acepta que dos mujeres puedan tener relaciones eróticas, amorosas, sexuales satisfactorias si no hay un hombre de por medio”.

Y por si fuera poco, continúa: “Creo que no hemos aclarado una cosa al principio del programa, por el hecho de tener amistades homosexuales o lesbianas, una no siente la pulsión sexual hacia personas del mismo sexo. Yo me preguntaría lo contrario: ¿A nadie le preocupa tener amistades heterosexuales?”.

Claridad, contundencia, presencia, exposición. Llamar a las cosas por su nombre y estar atenta a contraatacar en un medio y contexto hostil. Y, pese a todo, la negación. Cuenta Empar Pineda que, al día siguiente de la emisión del programa que se veía en todas las casas de la península, llamó a su madre para que le diera la pista de si se la entendía bien.

—Ama, ¿qué tal? ¿se me entendía?
—Sí chica, sí. Menuda diferencia con el catedrático y el psiquiatra.
—Menos mal, ama.

Pero, a pesar de esa claridad, su madre le explicó que su tía, que había ido a la panadería esa mañana, había escuchado a dos mujeres comentando entre ellas:
—Oye, ¿viste el programa de televisión?
—Sí, ¿por qué?
—¿Y no reconociste a la que hablaba? Pero si es Amparito, la hija de Yesi, la carnicera.
—¡Qué me dices! Por cierto, ¿qué fue de ella? ¿se casó?

“Imaginaos”, dice ahora Empar Pinera, “una horita entera hablando de lesbiana y el otro (Jordi Petit) como gay, y que si me casé…”, expresa.

  • “Allí besándonos como descosidas”
  • Un viernes a inicios de 1986, hacia las ocho de la tarde en la Puerta del Sol, Madrid. Un grupo de mujeres se besan entre ellas detrás de una pancarta morada con un lema en defensa del lesbianismo.

Un matrimonio baja por la calle Preciados de Madrid, cuando la mujer pregunta:
—Oye, y esas que están ahí, ¿qué estarán haciendo?

Y el marido responde, categórico:
—Pues están ahí, no sé, con la pancarta esa lila… pues serán las feministas, estarán ahí por lo del aborto.

“O sea, que estábamos allí besándonos como descosidas y van y dicen que seguramente estamos por lo del aborto”, dice ahora Pineda. La conversación se la refirió una periodista que cubría la protesta que el Colectivo de Feministas Lesbianas de Madrid convocó en la Puerta del Sol para protestar contra la detención de dos lesbianas que fueron arrestadas, encerradas en los calabozos y torturadas por haberse dado un beso en ese mismo lugar.

“Estábamos en una reunión del Colectivo y nos llega la noticia de que habían detenido a dos chicas por darse un beso. Y que además a las 72 horas, cuando las pasaron a disposición judicial, estaban tan, tan mal que el propio juez constató que habían sufrido torturas. Y cuando nos enteramos de esto, ¿qué decidimos? Pues dar la cara, pero además dar la cara en plan serio, y a romper la invisibilidad y todo lo que haga falta”, recuerda.

Esa invisibilidad sirvió algunas veces como camuflaje, pero tuvo como consecuencia la inexistencia.

“Teníamos la ventaja, en relación a los gais, de que dos mujeres que van del bracete o agarraditas o que se dan besos en la calle… pues ya se sabe, que las mujeres son muy tiernas, muy cariñosas. Esto era lo que nos permitía, en época franquista, andar por la calle. Es verdad que, en comparación con los gais, la vida cotidiana de las lesbis estaba a años luz de la represión que sufrían ellos, a quienes realmente se aplicó la ley de peligrosidad social. Pero en nuestro caso, no existíamos nada de nada de nada. De alguna forma, la ignorancia es tapar la existencia, y eso tiene unas repercusiones tremendas“, opina.

Frente a este prejuicio, Empar Pineda siempre ha defendido la importancia de hablar de sexo y de situar los derechos sexuales en el centro de su militancia. “Si se goza, si se disfruta, si se siente un placer, coño, ¿por qué no? Al revés, ¡a eso hay que apuntarse!“, insiste.

De todas formas, no era extraño que se asociase a las feministas con la lucha por el derecho al aborto. En esta reivindicación, y aunque pudiera parecer que no son las personas directamente afectadas, también las lesbianas han tenido históricamente mucha implicación: “Defendiendo el derecho al aborto, va aparejada la defensa de una sexualidad que no sea igual a heterosexualidad, una defensa clara y explícita de la diversidad sexual”. Ella misma estuvo implicada en varias acciones, campañas e incluso trabajos que estuvieron vinculados al derecho al aborto, que no se despenalizó hasta 1985.

  • “Hacíamos cosas muy increíbles”
  • Llars Mundet (hogar para personas en situaciones vulnerables), Barcelona, noviembre de 1985. Jornadas por los 10 años de los feminismos en el Estado español, organizadas por la coordinadora feminista.

Un grupo de médicas feministas, vestidas con bata blanca, practican un aborto quirúrgico a una mujer tumbada en una camilla. El espacio reúne las condiciones higiénicas y sanitarias necesarias. Pero la práctica es ilegal: en 1985, la ley solo permite a las mujeres abortar si el embarazo es producto de una violación, si seguir con el embarazo supone un grave peligro para la vida o la salud física o psíquica de la mujer, o si “el feto habrá de nacer con graves taras físicas o psíquicas”, según el texto aprobado en julio de ese año.

Las feministas consideran que estos tres supuestos son insuficientes. Y, para denunciarlo, practicaron tres abortos en el marco de las jornadas feministas organizadas en Barcelona.

“Hicimos una cosa tan increíble como hacer un aborto”, rememora Empar Pineda. “El embrión era una cosa muy pequeñita, era un embarazo de pocos meses, y no se nos ocurrió mejor idea que meterlo en una botella de agua, salir al conjunto de mujeres y explicarlo allá. Fue una pasada olímpica. Hacíamos unas cosas muy increíbles”, dice.

Una goma de borrar Milán


La reivindicación del derecho al aborto era una lucha que llevaba años presente en la agenda feminista. Uno de los hechos que la había impulsado fue el proceso penal contra once mujeres de Basauri (Bizkaia) que fueron acusadas de haber abortado. El caso despertó la solidaridad de diferentes grupos feministas por todo el Estado. Y allí, también estuvo Empar Pineda.

“Sabéis la goma de borrar Milán, esa que es cuadradita, pero que también había una rectangular… Lo que hicimos fue utilizarla como un sello. Y por las mañanas, que era cuando repartían los periódicos en los quioscos, dejaban el montón de periódicos y nosotras íbamos por detrás y pumba, pumba, pumba, con el sello estampábamos: amnistía 11 mujeres. Ya se sabía que eran las 11 de Bilbao. Eran iniciativas que ahora, con los medios que hay, pueden parecer de lo más atrasado”, rememora.

En otra ocasión, logró colarse junto con otras compañeras en una catedral, en Madrid, para encerrarse en reclamo del derecho al aborto y al divorcio. “Entramos unas cuantas con la idea de encerranos y había una señora de esas que se encargan de que la iglesia esté bien y el cura esté bien atendido. Estaba a punto de cerrar, la pobre, y le mentimos. Le dijimos: es que somos gente de fuera de Madrid y queremos conocer la catedral, y si no le importa déjenos estar un ratito, ¿no? Nos pusimos en la primera fila, nos sentamos en los bancos y ahí le dijimos que la habíamos engañado”, cuenta con una sonrisa pilla.

  • Color de ojos: otoño
  • Burgos, 1968. Empar camina por la calle junto con cuatro o cinco compañeras de militancia. Van a reunirse con miembros de la organización ETA Berri, cuando alguien les adelanta por un lado de la calzada.

“Pensamos que era el típico que nos quería vender algo, y resulta que era lo que llamábamos entonces ‘un social’, un miembro de la Brigada Político-Social”, recuerda. Empar y sus compañeras fueron detenidas y llevadas, primero, a la comisaría de Burgos y, después, a Gipuzkoa. Hacía poco que ETA había matado al torturador Melitón Manzanas, jefe de la Brigada Político-Social en Gipuzkoa, y el Gobierno franquista había decretado el estado de excepción en la provincia. Esto permitía que las detenciones se pudieran hacer sin límite de estancia en dependencias policiales. Fue lo que ocurrió con Pineda y sus compañeras. “No nos trataron bien precisamente. Nos aislaron en la cárcel de Martutene. Y no me olvidaré en la vida que, cuando me estaban haciendo la ficha, me preguntaron: color de los ojos. Y no se me ocurre a mí otra cosa que decir: color otoño. ¿Cómo que color otoño? Pues sí, así los tengo: otoño”.

En la prisión coincidió con otras mujeres, en su mayoría del pueblo gitano, que eran lo que entonces se llamaba “presas sociales”. Al tiempo de estar en la cárcel y por mediación del padre de una de sus compañeras, que tenía buena relación con la policía, salieron en libertad , y su causa no tuvo continuidad judicial. Ella le resta importancia a esta experiencia de represión.

  • El Patas, el aitona curandero
  • Caserío cerca de Hernani, entre finales de los años 40 y principios de los 50. Sentada en un banco de obra a la puerta de la casa, Empar ayuda su abuelo a machacar con un martillo los culos de vidrio de las botellas de cava.

El abuelo, el ‘aitona’ como le dice Empar Pineda, era “enorme, inmenso, como un gigantón tremendo”. El Patas, le llamaban. Se dedicaba al oficio de curandero, con el que recorría los pueblos del valle del Urumea ofreciendo remedios caseros. “Le querían como no os podéis imaginar”. Gracias a la confianza que le tenía la gente y al acceso que tenía a las casas, el abuelo de Empar fue haciendo campaña para recoger más votos para el Frente Popular en las elecciones de 1936. “Mi abuelo materno para mí fue una joya. Vivía con mi amona [abuela] en el caserío, en el monte, donde nació mi madre. Y yo le acompañaba muchas veces, y pasaba en el caserío tiempo y tiempo”, recuerda.

Una de las tareas que hacía cuando estaba en el caserío era ayudar al abuelo a preparar los remedios: “Cogía el culo de las botellas de champán y con un martillo de los metálicos lo machacaba, pimpam-pimpam-pimpan, y lo hacía añicos, y luego otra botella, venga y venga a dar… hasta que se hacía polvo de vidrio. Y esa cosita así chiquitita era un elemento increíble contra las infecciones respiratorias. El ‘aitona’ lo ponía como con un emplasto en el pecho, y el polvo de vidrio absorbía la humedad”.

  • ¡Tortilleras, tortilleras!
  • Madrid, década de los años 80. Empar pasea por el barrio junto a su compañera de aquel entonces. Van cogidas de la mano y se dirigen a casa.

Lo explica y lo recuerda con mucha emoción y ternura. “No lo olvidaré nunca”, dice. Un día, paseaba de la mano de su compañera por el barrio donde vivía en aquel entonces. Una cuadrilla de chavales se les puso detrás y les gritaron:
—¡Tortilleras, tortilleras!

Pineda se giró y les dijo:
—¿Por qué nos llamáis así, como si fuera un insulto?

Los chavales empezaron a excusarse y a inculparse unos a otros:
—No, no, si no he sido yo, ha sido él…
—Si no me importa quién haya sido: no podéis pensar que eso es un insulto. Hay mujeres que estamos enamoradas la una de la otra, y que tenemos relaciones sexuales.

Y ahí quedó la cosa. Lo que para ella fue increíble es lo que sucedió 15 años más tarde.

Un día, estaba en la editorial donde dirigía una colección que se llamaba ‘Hablan las mujeres’ y le dijeron: “Oye, ha pasado por aquí un señor preguntando por ti, quiere localizarte. Dejó su teléfono”. Le llamó con curiosidad. “No os lo vais a creer, era uno de los chavales que nos había gritado por la calle tortilleras, y me quería contactar para decirme lo importante que fue para él lo que le dijimos aquel día. Me pareció tan precioso y bonito”, dice abriendo los ojos, con una sonrisa muy grande y mucha satisfacción. “Se me ponen los pelos de punta con solo recordarlo”, añade. Y esa es parte de la lucha que valora más, la que se hizo de a poquito, con mucha perseverancia y cercanía.

  • Las travestis que nos protegieron de los grises
  • Las Ramblas de Barcelona, 28 de junio de 1977. Por primera vez, gais y lesbianas, pero también muchísimas personas trans, se manifiestan para pedir la derogación de la ley de peligrosidad y rehabilitación social.

A ella le tocó estar bien visible en la manifestación, portando una pancarta. Y esto de ocupar una posición visible era todo un debate, porque preocupaba la imagen que se pudiera dar a los medios. Pineda explica, por ejemplo, cómo algunas compañeras se oponían a que las mujeres trans fuesen visibles en la cabecera de la manifestación, por miedo a que se “ensuciara la imagen” de la marcha: “Era una forma de desdibujar completamente por qué estábamos luchando, como si hubiera que luchar de forma contenida. Y nos dieron [las travestis] una lección tremenda. No lo olvidaré nunca, cómo yendo por las Ramblas empezaron a venir los grises [la policía nacional] con las porras en la mano, y cómo de pronto nos vimos protegidas por una barrera de travestis. Un trabajazo, una protección tremenda. Y mientras la gente de la mani desaparecía por la calle Hospital, las travestis recibían los golpes de las porras de los grises. No me olvidaré en la vida”.

De esta “tremenda lección”, Empar Pineda reforzó su defensa de unos feminismos acogedores con la diversidad. “Consideramos que ‘las mujeres’ es una realidad que no tiene nada de homogénea. Tener en cuenta esa interseccionalidad creo que es fundamental”, observa.

  • Las I Jornades Catalanes de la Dona
  • Barcelona, del 27 al 30 de mayo de 1976. Pocos meses más tarde de la muerte del dictador, unas 4.000 personas se encuentran para reclamar sus derechos en el salón de actos de la Universidad de Barcelona.

Se esperaban unas 300 personas y asistieron 4.000. “Fue un estallido tremendo”, recuerda. Mujeres de grupos feministas de todo el Estado, partidos y asociaciones vecinales se encontraron en lo que fueron las I Jornades Catalanes de la Dona, unos meses después de que muriera Franco. Se expusieron, por primera vez fuera de la clandestinidad, en el espacio público y colectivo las reivindicaciones de las mujeres después de 40 años de dictadura. “Por primera vez compartimos esa primera manifestación de lo que en todas partes habíamos estado desarrollando”, cuenta. Fueron mujeres de Galicia, Andalucía, el País Vasco.

Recuerda que el ambiente era contagioso. Trataron temas como el trabajo asalariado, doméstico, reproductivo y de cuidados. La coeducación y el derecho al propio cuerpo. Se habló de sexualidad, principalmente desde una perspectiva heterocentrada, pero también de lesbianismo. De esas jornadas salió el mítico lema “anticonceptivos para no abortar, aborto libre para no morir”, en una época en que la Fiscalía contabilizaba que 3.000 mujeres al año abortaban de forma clandestina. También allí nació la coordinadora feminista, con el objetivo de coordinar los distintos grupos feministas que estaban activos en el conjunto de Catalunya. También articulaba la lucha por la amnistía de las presas políticas.

“Para mi fueron un antes y un después”, afirma Empar Pineda.

  • Ejercicios de memoria
  • Año 2024. Un lunes por la tarde en el Centre de Documentació Armand de Fluvià (CDAF), en el Centro LGTBI de Barcelona. Magda Costa, la archivera del CDAF, nos abre las puertas de este lugar, que está lleno de tesoros históricos. La grabadora está lista.

A Empar Pineda le encanta estar rodeada de libros y de archivos. También le gusta hablar con personas de otras generaciones y contar batallitas, y escuchar lo que se cuece ahora. Estar en contacto con las generaciones presentes. Habla pausado y, a veces, le bailan las fechas. Pero tiene una cantidad de recuerdos hermosos de aquello que fue su lucha y militancia, que marcaron toda una generación y contexto social y político. Ahora, sigue activa, nunca dejó de estarlo.

De estar con ella, surgen horas de historias, anécdotas y reflexiones sobre su trayectoria política que son puro archivo y memoria viva. Escucharla es una fortuna, y mientras hace historia se excusa y dice “oye, luego vais a tener un trabajazo de recorta y pega, que yo me enrollo como una persiana”.

viernes, 19 de abril de 2024

#hemeroteca #trans | Lucy Sante: «Me esforcé por ser un hombre pero nunca lo conseguí»

Lucy Sante //

Lucy Sante: «Me esforcé por ser un hombre pero nunca lo conseguí»
Lucía Tolosa | Ethic, 2024-04-19

https://ethic.es/2024/04/entrevista-lucy-sante/

El 17 de febrero de 2021, la escritora Lucy Sante (Verviers, 1954) se descargó una aplicación de modificación de rostro y su vida entera dio un vuelco. El reflejo de la imagen de una mujer de melena castaña en su móvil contrastó con su físico e identidad de entonces, los de un escritor estadounidense de origen belga, un aclamado y famoso ensayista dedicado a la crítica literaria, y al análisis del urbanismo y la fotografía. Lucy Sante tenía entonces 66 años y era socialmente conocida como Luc cuando tomó la decisión de comunicar a su entorno su transición de género. La talentosa cronista del 'underground' neoyorquino decidió volcar en el libro ‘Ella era yo’ (Libros del K.O.) el viaje que arrancó hace ya varios años. La obra que ofrece la incisiva comentarista es ante todo la historia de su vida, un mosaico de dudas, alegrías y tristezas, pero también una invitación a luchar por ser uno mismo sin perder el humor acerbo, la ternura y la valentía de vivir sin esconderse.

P. Afirma que se le cayó la venda de los ojos y decidió tomar la decisión de transicionar al ver una imagen de su físico como mujer en FaceApp. ¿Qué pasó por su cabeza en aquel momento?

Sentí que me transferían a otra dimensión. Cuando pasé todas las fotos que tenía de mí misma, desde los 12 años hasta el presente, vi pasar delante de mis ojos una vida paralela que siempre me había negado por miedo y vergüenza. Yo sabía que era trans desde los nueve años, pero era un secreto que pretendía llevarme a la tumba. Esa vida posible que me mostraba la aplicación de modificación de rostros había estado siempre en mi cabeza, pero me daba terror reconocerlo. A veces creemos que negando la realidad viviremos más tranquilas, por eso traté a toda costa de ser un hombre heterosexual.

P. En el libro menciona la represión del deseo y el autocastigo consciente. ¿La transición le ha liberado de estos bucles?


Mi transición ha sido un proceso de eliminación de todos los estereotipos masculinos con los que intenté identificarme sin éxito durante sesenta años. Cuando te niegas a ti misma ser quien realmente eres, vives como una espectadora todo lo que te ocurre y sientes mucha frustración. Esto es algo que solo pueden entender las personas trans, es difícil que lo entiendan las personas cisgénero. Lo que más me sorprendió cuando empecé la transición fue sentir que todo ese nuevo mundo ya lo conocía. Yo nunca he creído en vidas pasadas, pero si lo hiciera, seguro que fui una mujer en alguna vida anterior.

P. ¿Cómo definiría lo que significa ser mujer?


Ser mujer son muchas cosas, y es difícil definirlo. Yo sé que lo soy, aunque no tenga el aparato reproductivo de una mujer. A muchas personas solo les importa la parte biológica, pero creo que ser mujer tiene que ver con una forma de mirar y estar en el mundo, una forma mucho más sensible. Para mí ser mujer es alejarse de la masculinidad y sus cosas negativas, como la violencia o la competición. Mi forma de actuar, de sentir y de ser es la de una mujer.

P. ¿Asociar determinadas características como la competitividad a los hombres y la sensibilidad a las mujeres no es una forma de generalizar y alimentar los estereotipos?


Son construcciones culturales nefastas, pero tienen cierta veracidad. A los hombres se les enseña desde pequeños que deben ser fuertes y se les repite que no deben llorar como una niña, y eso hace que más adelante los adultos no se permitan cosas como la vulnerabilidad o el romanticismo. En la vida nos encontramos con imposiciones socioculturales que ninguno hemos elegido, pero nos condicionan profundamente. Si a las niñas les damos un carrito rosa con un bebé de plástico para que juegue, y a los niños una pelota de fútbol, estamos alimentando unos clichés que más adelante se reflejarán en su adultez. Reproducimos inevitablemente estereotipos culturales.

P. ¿Cuando en el libro afirma que nunca se le dio bien ser hombre, aunque lo intentó, se refiere a estos estereotipos?


Sí, me esforcé por ser un hombre pero nunca lo conseguí. Nunca encajé en el prototipo de hombre porque sentía que se relacionaban de un modo que me resultaba muy ajeno. No estaba cómoda relacionándome con hombres, porque tenía la sensación de estar compitiendo en una lucha en la que yo nunca me había querido apuntar. Me tocaba participar en toda esa basura masculina, pero el problema es que por mucho que me esfuerce, no puedo fingir que me interesa el poder, el fútbol, el ansia de acumular dinero… Siento que los hombres pertenecen a un mundo del que yo nunca he formado parte.

P. En su libro menciona que haber nacido sin cuello del útero, no menstruar y no poder dar a luz le hacía sentir que no cumplía con las expectativas de las mujeres.

Es verdad, me siento mujer, pero las dudas vuelven todos los días. Soy mujer, pero no he tenido que enfrentarme a la menopausia, ni a un cáncer de mama, ni a infecciones vaginales. Nunca me he arrepentido de haber iniciado la transición, pero sí he sentido que no podía sufrir como sufrían ellas y que no estaba a la altura. Hace poco vi un artículo en la prensa donde decían que no éramos mujeres, que éramos hombres con fetiches, y aunque pueda argumentar en contra de ese artículo, me sigue doliendo. Siempre hay una reacción interna que no puedo evitar y me hace pensar que estoy engañando a todos, a veces me llamo a mí misma mentirosa. Esto lo he hablado con otras mujeres trans y es un sentimiento habitual. Todas tenemos días malos en los que sentimos que somos impostoras, por cuestiones como no poder parir.

P. ¿Considera que se atribuye a la maternidad una importancia desmedida para definir a una mujer?

Absolutamente, la capacidad de parir de las mujeres constituye un gran porcentaje de su valor mercantil y por tanto de su opresión. Es parte del contrato, tienes que ser deseable y además poder ofrecer descendencia, y si no eres capaz, pierdes valor. En este tema también hay un componente social y cultural que arrastramos de muchos años atrás y tiene que ver con asumir que una mujer sin hijos es una mujer incompleta. Por suerte esto está cambiando, tengo la suerte de tener un hijo con el que me entiendo muy bien, y es de una generación que comprende que tener hijos o no tenerlos es igual de respetable y no nos hace mejores ni peores.

P. En su libro también aparecen las relaciones amorosas, con sus esperanzas y desilusiones. ¿Diría que el concepto de amor romántico ha sido nocivo para las mujeres?

El amor romántico puede oprimir a las mujeres, transformarse en una esclavitud y en otra forma de dominación. Soy muy romántica y no quiero tirar piedras contra mi propio tejado, el romanticismo es maravilloso, pero creo que puede encerrar dinámicas muy nefastas. En nombre del romanticismo, una mujer puede ir convirtiéndose en la propiedad de un hombre, o justificar dejar toda su vida apartada solo por él y perder su independencia. En este tema creo que la juventud actual está mucho más concienciada, las mujeres ya no se conforman y exigen que el hombre respete su espacio y su libertad.

P. Sostiene en un determinado fragmento que la disforia de género en la juventud no es un capricho pasajero. ¿Qué le diría a los que piensan diferente?

No soy científica, pero me preocupa la reacción de personas intransigentes que afirman que ser transexual es algo psicológico, una especie de enfermedad mental. Mi intuición es que tiene que ver más con el cuerpo, es una cuestión fisiológica. Ser trans no es algo que pueda elegirse. Lamento profundamente que haya jóvenes que se arrepientan de su transición, pero son una minoría. Me preocupa que se estén usando estos casos que son mínimos para camuflar el verdadero problema: los niños trans que desean iniciar una transición y no tienen herramientas ni acompañamiento para hacerlo. En mi época había muy poca información y por tanto ningún acompañamiento, hasta que no llegó internet ni siquiera sabía los efectos de los estrógenos. Ojalá no haber pasado por el sufrimiento que pasé si desde los nueve años hubiera podido hacer mi transición.

P. El anterior Ejecutivo en España legisló sobre estas cuestiones. ¿Qué opina de la reacción a la Ley Trans española?


No he leído la legislación española, pero conozco otras como la de Gran Bretaña, y tengo claro que hay personas horribles que están dedicadas a terminar con las personas trans por motivos ideológicos. La transexualidad amenaza el poder masculino, cambia los paradigmas y la forma de relacionarnos que conocíamos hasta ahora. Si admitimos que las personas son fluidas, que el sexo y el género pueden no corresponderse, concluimos que no hay un sexo poderoso y otro más débil. La supremacía masculina desaparece, y hay mucha gente que no tolera eso. Pero me alegro de ver que la reacción crítica no suele venir de los más jóvenes. Es una alegría darme cuenta de que la juventud entiende mucho mejor que las líneas de género son porosas que las personas de mi generación. El género abarca un espectro amplísimo.

P. Ahora que menciona la juventud, en su libro explica que cuando era joven evitaba a mujeres trans como Teri Toye o Greer Lankton.

No me enorgullece decirlo, pero huía de ese tipo de círculos porque sabía que si las frecuentaba no podría seguir ocultándome. Yo tenía muchas ambiciones literarias, y me daba mucho miedo ser etiquetada como «la autora trans». Me veía marginada para siempre, sin capacidad de ser amada y rechazada por mi entorno cercano. Los referentes son importantísimos, pero en aquella época me daba miedo hasta hablarles. Para esconder un secreto tan grande como el mío, debía alejarme completamente de las mujeres trans para seguir en mi cascarón.

P. ¿La escritura, y en general la cultura, te ha ayudado a sobrevivir en aquel cascarón?

Sí, ha supuesto una apertura a la vida y un lugar ficticio donde podía navegar más fácilmente que en el mundo real. La cultura, y especialmente la literatura, ha sido siempre una forma de encontrarme, de rehacerme. Cuando era pequeña tuve que dejar Francia, mudarme a Estados Unidos y aprender el inglés, y ese cambio de lenguaje ya supuso una transformación enorme. Por eso cuando comencé la transición, había cosas que me resultaban familiares porque, en cierto modo, ya había realizado una transición cuando era una cría. La música me acompaña mucho también, el primer año de mi transición solo escuchaba discos de Nico, me ayudó a hacer de puente entre lo masculino y lo femenino. El arte me ayuda a ordenar los pensamientos y entenderme mejor.

P. Ha sido una gran cronista del ‘underground’ neoyorquino y testigo del ‘boom’ de la cultura de los 80. ¿Cómo ve la evolución con la actualidad?

Ahora la cultura no se disfruta, se consume compulsivamente con ansiedad. Hay una cuestión clave en este asunto, y es el precio de la vivienda. En mi época se podía trabajar en una librería o en una tienda de discos y ganar lo suficiente para pagarte un techo, la comida, las salidas y el consumo de arte. Ahora hay apartamentos que parecen zulos a un precio inasumible, cuesta diez veces más de lo que costaba cuando yo era joven. La gente vive para trabajar y subsistir, y además está cada vez más conectada a las redes y menos a la vida real. Se ha perdido la vida social y de barrio, y eso se refleja en el modo de disfrutar de la cultura, pero también en el modo de relacionarnos. Estamos mucho más solos y aislados ahora que cuando yo era joven.

P. ¿Qué rasgos destacaría del cambio en la relación con su entorno, desde que dejó de ser Luc y pasó a ser Lucy?


Siendo Luc, he sentido muchas veces que la vida no tenía sentido. Me resultaba difícil comunicarme con los demás porque estaba obsesionada con esconder mi secreto, entonces me costaba hablar de muchos asuntos y construía barreras para protegerme. Lucy está mucho más abierta a descubrir cosas nuevas, a relacionarse de forma sincera, a hablar de cualquier tema con franqueza. Soy mucho más feliz ahora, pero sí noto que hay ciertas barreras.

P. ¿A qué barreras se refiere?

No me quejo, tengo suerte en muchos aspectos porque soy una escritora reconocida, tengo estabilidad económica y además soy vieja. No soy objeto de deseo, por tanto, no soy objeto de violencia. Pero, por ejemplo, el amor es para mí una utopía ya lejana. Tiene que ver con barreras generacionales… Yo soy muy mayor, voy a cumplir 70 años dentro de poco y siento cierta soledad. Sigo conservando a mis amigos de siempre, respetan mi elección y me quieren, pero no me comprenden. Solo me siento de verdad comprendida cuando estoy con jóvenes, y especialmente con mujeres trans que me han ayudado mucho. Ser trans con 25 años es algo mucho más aceptado socialmente que serlo con 70.

P. En su libro explica cómo se volvió una experta de su rostro y estudiaba poses catalogadas como femeninas. ¿La disforia de género genera una obsesión por el físico?

La disforia de género te genera una carga brutal que luego te desborda. Han pasado ya varios años desde que decidí ser yo misma y estoy menos obsesionada con mi rostro, pero durante mucho tiempo me impuse un estudio microscópico de mi cara. Viví un tiempo en una montaña rusa de emociones, me veía fenomenal y de pronto fatal, y así todo el rato. Recuerdo que cuando tomé la decisión de iniciar la transición, me compré emocionada pelucas, lencería y ropa. Me afeité todo el vello corporal, adelgacé seis kilos, me maquillaba, probaba poses y gestos femeninos, incluso asistí a clases de voz por internet. Pero actualmente sé que tengo que aceptar mi físico y mi envejecimiento. A estas alturas, lo que los demás piensen de mí ya me da igual, me basta con saberlo yo.

P. ¿Qué opina de la división del movimiento feminista, especialmente en el tema de las mujeres antitransgénero?

Este tema me produce una inmensa tristeza. Un feminismo que no entiende que el sexo y el género no tienen que corresponderse por fuerza y que margina a las personas trans es un feminismo excluyente. Hace cincuenta años ya era trágica esa postura, pero hoy en día, con todos los avances que se han hecho y la información de la que disponemos, es desoladora. No quiero sonar pesimista, pero ahora hay fuerzas reaccionarias más fuertes que nunca y están apoyadas por personas que se dicen feministas. En EE. UU. hay una decena de estados que han prohibido el tratamiento hormonal para jóvenes, e incluso hay un par de estados que están prohibiéndolo para adultos también. Hay una división cultural y política que me preocupa.

miércoles, 17 de abril de 2024

#hemeroteca #lgtbi #queer #liteartura | El esplendor de la imparable literatura 'queer': "No es una identidad, es una forma de ver el mundo"

Ángelo Néstore, Alana Portero, Rosario Villajos y Carlos Barea //

El esplendor de la imparable literatura 'queer': "No es una identidad, es una forma de ver el mundo"

El Segundo Encuentro de Literatura Queer, en el Museo Reina Sofía, aborda todas las formas para salir del armario y vivir la vida de otra manera.
Angelica Francesca Rimini | El Cultural, El Español, 2024-04-17
https://www.elespanol.com/el-cultural/letras/20240417/esplendor-imparable-literatura-queer-no-identidad-forma-ver-mundo/847915602_0.html

Albert Camus en ‘L'Étranger’ (1942) muestra un personaje incomprendido a los ojos de la sociedad que se convierte en un extranjero para sí mismo y para los demás. ‘Uno, ninguno y cien mil’ (1926) de Luigi Pirandello trata las diferentes formas de ver y percibir las identidades. Jorge Luis Borges nos enseña en ‘Everything and Nothing’ (1958) que en el gran escenario de la vida podemos ser todos y nadie al mismo tiempo.

Desde siempre la escritura literaria se ha dedicado a intentar resolver la pregunta que le hacen a Ulises en la ‘Odisea’ (VIII a.C): ¿Quién eres tú? El famoso poema épico, de hecho, no es otra cosa que la historia de un viaje entre las tierras más lejanas y lugares impensables, a la búsqueda de una identidad.

Hoy las identidades son múltiples, la realidad es siempre más ambigua y la literatura necesita abarcar todas las formas de ser. "Para mí la literatura te muestra otras realidades que no son las que tú has vivido", afirma la escritora Rosario Villajos (1978).

Por esto nació la literatura ‘queer’. "La sociedad se está dando cuenta de que hay un gran número de personas que viven en los márgenes. Hay muchos problemas compartidos de clase, sociales, identitarios. Necesitamos espacios para visibilizarlos", afirma Carlos Barea (1987), escritor, editor y activista cultural.

La librería MaryRead organizó hace unos días en Madrid el segundo encuentro de Literatura ‘queer’. Tres días donde autores y autoras se ponen a dialogar, sacando diferentes vivencias y realidades que atraviesan la comunidad ‘queer’. "Necesitamos generar nuevos referentes para la comunidad", explica una de las socias, Ana Murillo.

En las charlas de este año, celebradas en el Museo Reina Sofía, han participado muchos rostros conocidos: Alana S. Portero, Elisa Coll Blanco, Ana Flecha Marco, Carolina Meloni, Mafe Moscoso, Ángelo Néstore, Eugenia Tenenbaum, Sara Torres, Rosario Villajos. Hablamos con algunos de los referentes principales sobre la historia de la Literatura ‘queer’.

Un mundo disidente

"’Queer’ es pensar nuevas maneras de vivir, que no sean desde el individualismo o desde el capitalismo, desde la cultura de la violación o de la guerra. ‘Queer’ son nuevas maneras de hacer las cosas", afirma Gloria Fortún (1977), escritora, poeta y traductor.

"Lo ‘queer’ no es una identidad, es una forma de ver el mundo. Es toda aquella literatura que enrarece, que aporta algo raro", cuenta Ángelo Néstore (1986). Esta 'nueva' corriente cuenta historias de cuerpos que han vivido de forma incómoda y que necesitan buscar otros lugares para ser. "Un cuerpo incómodo es un cuerpo que no se espera dentro de la norma, algo que no es deseable normativamente hablando".

‘Queer’ no incluye solamente las realidades homosexuales, lesbianas, trans, bolleras. Visibiliza las identidades no normativas, que han sufrido varios tipos de opresiones. Los personajes miran desde un lugar que no es hegemónico y desde el que no se suele mirar. "Es pensar en otras formas de amor que no sean jerárquicas, otra manera de mirarnos. ¿Cómo podemos amar sin utilizar el lenguaje de poder, de posesión?", pregunta Gloria Fortún.

La literatura es la respuesta. "Uno de los objetivos de lo ‘queer’ es darnos herramientas para que unas realidades sean entendibles y ampliar el espectro del deseo, y nombrar nuestras existencias a través de la literatura nos permite crear nuestra imaginaciones y nuevas formas de estar en el mundo".

Historias literarias
Este tipo de literatura pretende establecer otro canon que sea rebelde y disidente. "Pongo en el centro de mi escritura mujeres bolleras con cuerpos disidentes en cuanto a género, cuerpo, personas que no son normativas", cuenta Gloria Fortún. El propio texto refleja esta disidencia: no sigue las normas clásicas de una novela o de un poema. ‘Roja Catedral’ (Dos Bigotes, 2022) es un texto muy experimental, mezcla poesía, prosa e inventa palabras. "He intentado desobedecer todas las reglas de escritura".

"Me interesaba mucho escribir sobre mi identidad homosexual". Carlos Barea escribió ‘Bendita tú eres’ (Egales, 2020), una novela que trata la identidad de una forma muy amplia para intentar llegar a todo el mundo. "Yo creo que tienes que encontrar la forma de conectar con el señor heterosexual que vive en Vallecas hace 40 años". Según él, esto se hace a través de la exploración de elementos comunes y mostrar las diferencias para dar a conocerlas.

"’La mala costumbre’ de Alana S.Portero decía que cuando se sale del armario hay que tener en cuenta que existen muchos tipos de armarios. Entonces yo sentía que mi protagonista estaba en un armario". Rosario Villajos ganó el Premio Biblioteca Breve con su último libro ‘La educación física’ (Seix Barral, 2023). "La considero una obra muy valiente". Habla de una adolescente que no tiene deseo sexual, no sabe lo que le gusta. "Lo escribí porque yo misma, todavía hoy, considero que no lo tengo claro. Creo que estoy tan limitada por lo que me han dicho que me tiene que gustar que no me atrevo a explorar otros deseos".

"Siempre he trabajado desde lo ‘queer’ pero no ha habido una voluntad explícita, es mi forma de estar en el mundo". Néstore cuenta su propia experiencia, que también está ligada al fracaso. "Aun siendo homosexual he vivido una opresión patriarcal en el colectivo LGTB, debido a esa educación dentro de las matrices heterosexual".

La teoría de la interpretación
"Estamos tan acostumbrados simplemente a ver a través de las gafas patriarcales y heterosexuales que realmente no nos damos cuenta de que las otras realidades están aquí", afirma Barea. La literatura ‘queer’ ha estado siempre, aunque estuvo durante mucho tiempo ocultada, los escritores escribían bajo seudónimo y siempre había que leer entre líneas para encontrar validaciones de estas realidades.

La misma ‘Epopeya de Gilgamesh’ (2.500 a.C), los poemas de Luis Cernuda y varias películas como ‘Ricas y Famosas’ (1981) esconden deseos homosexuales. Barea coordinó tres libros que analizan, desde una perspectiva feminista y ‘queer’ a Lola Flores, José Pérez Ocaña y Pepe Espaliú.

"Si se analizan algunos escritores antiguos con nueva lente, se traducen diferentemente ahora", afirma Gloria Fortún, siguiendo la teoría de la interpretación de Gadamer. "Jeanette Winterson no utilizaba el género en su novela ‘Escrito en cuerpo’ y en su momento lo traducimos utilizándolo, porque no existía esta posibilidad en España. Ahora volvería a traducirlo sin marcar el género".

"Me gusta mucho ver la escritura como una herramienta de recuperación y de transformación social". Barea piensa que es más difícil que la gente vaya a escuchar un encuentro sobre realidades diversas, en cambio, un libro puede llegarte directamente a las comodidades de tu sofá. Así se conquista el señor de 40 años de Vallecas.

Una nueva escritura
La visibilidad ha llegado a muchos espacios que antes no llegaba. "Yo me maravillo de las cantidades de libros que tenemos al alcance de la mano. Cuando me crié en un pueblo de la Mancha no encontraba ningún referente". Ahora mucha gente joven va a la librería, "vienen sin pedir perdón ni permiso", dice entusiasta Murillo.

La literatura ‘queer’ empezó a divulgarse a partir de la apertura de librerías y editoriales en España. Se empezó a establecer un primer canon básico y luego en 2006 se produjo un verdadero éxito. "Los autores están intentando escribir de otra manera. El género ahora es más cerrado, más identitario", analiza Ramón Martínez Rodríguez, filólogo, ensayista y novelista.

‘La mala costumbre’ (Seix Barral, 2023) de Alana S. Portero (1978) ha estado entre los libros más vendidos a nivel nacional e internacional. ‘Lo que hay’ (Reservoir Books, 2022) de Sara Torres (1991) es una historia que interpela a muchas bolleras y fue uno de los libros con más clubs de lectura. La lista de los nombres es larga, mucho más de lo que pensaríamos. Además de los ya citados, encontramos: Christo Casas, Melani Penna Tosso, Marta Vusquets, Elena Portero Bueno, Enrique Aparicio, Milena Busquets, Luis Bravo, Carlos Catena Cózar, Juan Gallego Bueno.

Aun así, existe la gran limitación que suponen las etiquetas. "No me gusta la etiqueta, la verdad, porque digo que hay muchos tipos de armarios", afirma Villajos. Según ella, el mercado todavía no está preparado. "El simple hecho de que un libro se identifique con Literatura ‘queer’ provoca rechazo. Estoy segura de que si le hubiera puesto otro tipo de cubierta a mi libro, pues a lo mejor lo habrían leído más hombres".

"Ahora parece que está de moda, pero para nosotras no es una moda, es nuestra propia vida", afirma Murillo. Existe una dificultad enorme en visibilizar estas disidencias."Llevamos ya unos años de un aumento de los discursos de odio contra la comunidad LGTBQ y las compañeras Trans. Hay un retroceso absoluto de libertades y derechos. Necesitamos apoyarnos todas juntas porque sino es difícil sobrevivir en un mundo tan hostil".

Una nueva libertad de ser
Hoy en día estas cuestiones siguen estando abiertas. La sociedad material, gobernada por la voluntad de poder, nos obliga a elegir una forma en la que identificarnos. Sin embargo, el final de ‘L'Étranger’ muestra que Meursault, en prisión, decide rechazar cualquier identidad impuesta por la sociedad. El protagonista de ‘Uno, ninguno y cien mil’ decide ser un "ninguno", así como Ulises y el personaje de Shakespeare de Borges.

"La realidad es cambiante, como la propia identidad y la literatura también", afirma Ana Flecha Marco. No se trata de normalizar las disidencias ‘queer’ porque la normalización pasa por entrar en un marco que no está hecho para que estos colectivos quepan. "Hay que crear nuevos moldes para que entre más gente".

Aceptar la fluidez de la vida es la única libertad que nos salva de esta paradoja, la de poder ser libres de ser lo que queramos. "A veces aspiro a que todos seamos tan diferentes, que no tengamos más remedio que convivir en paz".

martes, 16 de abril de 2024

#hemeroteca #vih #terminologia | ¿Se debería dejar de utilizar el término “sida”?

Una imagen publicitaria del grupo Stop //

¿Se debería dejar de utilizar el término “sida”?

Miguel Vázquez | gTt-VIH, 2024-04-16

https://www.gtt-vih.org/publicaciones/la-noticia-del-dia/16-04-24/

Según algunos expertos, este acrónimo resulta redundante y está cargado de estigma, por lo que proponen sustituirlo por el término “enfermedad avanzada por VIH”

El acrónimo “sida” ha perdido su utilidad y debería sustituirse por un término más descriptivo en consonancia con los desafíos contemporáneos en relación con el VIH, según afirma un grupo de expertos en un artículo de opinión publicado en ‘The Lancet HIV’. Para muchas personas, el término “sida” se asocia a personas sin opciones de tratamiento disponibles y una esperanza de vida corta. Para los autores, esto puede influir en las decisiones terapéuticas tanto de las propias personas con el VIH como del personal sanitario que las tratan, propiciando que se tomen medidas de control de infecciones sobredimensionadas. En cuanto al uso del término combinado “VIH/sida”, consideran que implica una equivalencia errónea y puede generar confusión en la población general.

El acrónimo sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) fue acuñado en 1982 por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE UU (CDC, en sus siglas en inglés) para referirse a una enfermedad de origen desconocido que debilitaba la inmunidad celular de las personas. El término se concibió originalmente como una definición de caso con fines de vigilancia epidemiológica. Las decisiones de tratamiento se basaban en si los pacientes cumplían o no el criterio de caso de sida.

Sin embargo, los autores del artículo en ‘The Lancet HIV’ consideran que este término dejó de ser necesario una vez se descubrió que el VIH era el origen de dicha afección. Consideran que seguir utilizándolo hoy en día puede resultar engañoso, e incluso perjudicial. Sin la etiqueta “sida”, el personal médico puede centrarse en aspectos más relevantes del cuidado, como si la persona toma tratamiento y durante cuánto tiempo lo ha hecho o si ha realizado algún cambio terapéutico, entre otros factores que ayudarán a establecer una pauta de atención adecuada para la persona.

Para los autores, su uso fomenta el estigma no solo del personal sanitario, sino de la propia persona con el VIH, el autoestigma, que puede impedir que las personas accedan a la atención sanitaria y al resto de servicios. Por otro lado, la vinculación entre “sida” y los mal llamados “grupos de riesgo”, como, por ejemplo, los hombres gais, bisexuales y otros hombres que practican sexo con hombres (GBHSH) o las personas usuarias de drogas –que se forjó durante los primeros años de la epidemia– induce a error en cuanto a qué personas se consideran en situación de riesgo, lo que puede retrasar el diagnóstico y fomenta la discriminación y la estigmatización de los grupos de población más afectados.

En la actualidad, varias asociaciones profesionales desaconsejan el uso del término “sida”, algunas de las cuales, irónicamente, tienen la palabra como parte de su nombre. No obstante, algunas organizaciones y entidades públicas ya han empezado a eliminar esta sigla de sus nombres como, por ejemplo, la organización comunitaria española STOP SIDA que recientemente decidió sumarse a esta tendencia y pasó a llamarse simplemente STOP tras un proceso de reflexión y consenso entre las personas socias, el voluntariado, el equipo técnico y la junta directiva.

No obstante, existen otros expertos en el ámbito que, aunque reconocen que “sida” es un término anacrónico, consideran que hacer hincapié en este cambio de terminología es un asunto menor, en vista de los problemas más acuciantes a los que se enfrenta la comunidad del VIH. En este sentido, consideran que en un momento en que la financiación mundial frente al VIH se encuentra en una situación muy precaria, el que se use el término “sida” o “VIH” no supone ninguna diferencia a la hora de intentar paliar ese peligro.

También afirman que el estigma y la persecución y, en algunos casos, la criminalización de las personas con el VIH o el sida no van a desaparecer simplemente por un cambio de nombre. Por este motivo, consideran que lo prioritario es centrarse en los determinantes sociales de la salud, ya que eso es lo que va a hacer cambiar la situación de las personas con el VIH, más que el cambio de términos.

Greg Millett –de la histórica Fundación Americana para la Investigación sobre el Sida (amfAR, por sus siglas en ingles), que lleva trabajando en la respuesta frente al VIH desde 1985– hace una equiparación con los debates que hubo en EE UU en los años 90 sobre el uso del término “afroamericano” frente a “negro”. Para este activista, está claro que el hecho de usar la terminología de “afroamericano” no ha servido para solucionar problemas graves de este colectivo, como la pobreza, el racismo estructural, entre otras desigualdades.

En esta misma línea, otros expertos consideran que los autores del artículo malinterpretan el impacto del término “sida” sobre el estigma. Así, “sida” se referiría más bien al carácter mortal de la propia infección sin un tratamiento adecuado y al modo de transmisión. Según este punto de vista, se trata de un término que se utiliza de forma generalizada desde hace 40 años y está reconocido en todo el mundo. Por tanto, eliminar “sida” de la terminología puede aumentar la confusión, contribuyendo a que la gente piense que la epidemia ha terminado.

Es decir, admiten que mantener el término puede resultar dañino, tal como afirman los autores, pero eliminarlo podría empeorar otro tipo de daños ya existente, ya que no puede descartarse la posibilidad de que se reduzca la importancia del problema, sin que ello tenga un impacto significativo sobre el estigma.

Los autores del artículo también consideran que eliminar el término sida no va a erradicar el estigma. Sin embargo, consideran que este término ha superado su utilidad y que se debería hacer una transición hacia un lenguaje más descriptivo que se ajuste a los retos contemporáneos del VIH.
  • Fuente: Medscape Medical News/Elaboración propia (gTt-VIH)
  • Referencia: Núñez I, Piñeirúa-Menéndez A, Valdés-Ferrer SI, et al. Retiring the term AIDS for more descriptive language. The Lancet HIV March, 2024. DOI: https://doi.org/10.1016/S2352-3018(23)00331-4

lunes, 15 de abril de 2024

#hemeroteca #lgtbi #politica | La militancia lavanda: ¿qué tan diferente es la militancia gay en el PAN y MORENA?

Visibilidad de la militancia LGTBI de MORENA //

La militancia lavanda: ¿qué tan diferente es la militancia gay en el PAN y MORENA?

Para entender la militancia política homosexual, también conocida como militancia lavanda, es fundamental romper los prejuicios sobre esta. El principal es que no hay militantes gays en la derecha. Aunque la izquierda ha sido históricamente más afín a la diversidad sexual, hoy en día hay personas LGBT que militan en la derecha —aunque parezca contraintuitivo—. ¿Qué tan diferentes son estas militancias?
Bernardo Alonso Aguilar López | Animal Político, 2024-04-15
https://animalpolitico.com/analisis/organizaciones/el-blog-del-seminario-sobre-violencia-y-paz/militancia-gay-pan-morena

La Cámara de Diputados aprobó el pasado 22 de marzo una propuesta de ley para prohibir los esfuerzos para “corregir” la orientación sexual y la identidad de género (ECOSIG), mal llamadas terapias de conversión puesto que pretenden “curar” la homosexualidad y en realidad terminan torturando a las personas sometidas a ellas. En la votación, la mayoría del PAN se opuso a su prohibición, incluso algunos diputados usaron información falsa para justificar su postura. Mientras, la mayoría de MORENA votó a favor y el resto se abstuvo. En redes sociales muchas personas LGBT criticaron al panismo por sus acciones y dirigieron sus críticas a los gays que apoyan al PAN: ¿cómo es posible que haya gays que apoyen un partido político con posturas abiertamente homofóbicas como mostró la reciente votación de los ECOSIG?

La existencia y estudio del conservadurismo homosexual no es nuevo. Hay investigaciones sobre los gays republicanos que apoyan a Trump, los gays bolsonaristas, y los gays que votan por la extrema derecha francesa. El objetivo de la investigación que realicé no es cuestionar la militancia de estas personas, sino entenderla y compararla con los militantes gays de izquierda. ¿Tienen diferentes objetivos, medios y alcances? A continuación, ofrezco los principales contrastes de ambas formas de vivir la militancia política. Aclaro que estas reflexiones no son necesariamente generalizables a todas las experiencias de hombres gays militantes en estos partidos, ya que las entrevistas no son representativas. En todo caso, hace falta mayor investigación.

Una primera diferencia es que los militantes tienen diferentes visiones sobre su razón de estar en el partido. Por un lado, en el caso del PAN, justifica su militancia en el individualismo, como parte de una defensa de la dignidad individual de la persona. Por otro lado, los morenistas lo hacen desde el colectivismo. Curiosamente, los militantes morenistas hacían una jerarquización de la urgencia en que tenían que atender las causas, colocando en primer lugar la injusticia social, y después la discriminación debido a orientación sexual y de género.

Un segundo elemento es que ninguna de las personas entrevistadas argumentó que su orientación sexual fue un factor que motivara su incorporación al partido, sino que la politización del individuo fue un proceso paralelo a su descubrimiento de su identidad sexual. Esto es interesante porque yo pensaba inicialmente que la identidad sexual sería un elemento fundamental para entrar en la vida partidista en el caso de los gays. Ahora bien, los entrevistados sí consideran que su participación en el partido está atravesada por su identidad sexual y que comparten un sentimiento de responsabilidad con respecto a promover la agenda de la diversidad dentro del partido.

Con respecto a la vida partidaria, los panistas se consideran luchadores sociales al promover su agenda dentro del partido, pero señalaron que hay miedo a organizarse al interior del partido como lo hacen otros partidos alrededor de estructuras internas como las secretarías de diversidad sexual. En este sentido, los panistas prefieren tácticas más “discretas” de activismo en vez de marchas o expresiones públicas sobre la agenda. En cambio, todos los morenistas opinaron que el mecanismo a través del cual sería posible avanzar sus causas sería la representación identitaria, de forma que el activismo en las calles permite respaldar a las representantes. Se prefiere la representación porque las acciones vía secretarías de diversidad pueden ser limitadas, ya que los conflictos del partido dejaron acéfalos a las secretarías estatales de diversidad sexual durante la pandemia.

En conclusión, el activismo homosexual en MORENA y PAN tiene objetivos diferentes, pero también tiene retos comunes. En ambos casos, los militantes deben enfrentarse a las sinergias institucionales para poder avanzar sus agendas. Aunque ambos partidos tienen cosas que mejorar —en ambos hay políticos homofóbicos— es entendible que busquen apropiarse de la narrativa de la diversidad sexual: como escribió Stephen Epstein, en la diversidad que hay dentro de la diversidad, hay esfuerzos de reclamar para sí la legitimidad de considerarse en los verdaderos defensores de la diversidad sexual. ¿Qué tan útil es esta interminable descalificación entre militantes gays de un partido contra otro para los ciudadanos de a pie que formamos parte de la diversidad sexual?

* Bernardo Alonso Aguilar López es tesista de la licenciatura en Relaciones Internacionales de El Colegio de México.
 

Y ADEMÁS...
>
La diversidad sexual tiene hoy un espacio en Morena
Jaime López Vela | Regeneración, 2017-06-23

https://regeneracion.mx/la-diversidad-sexual-tiene-hoy-un-espacio-en-morena/ 

domingo, 14 de abril de 2024

#hemeroteca #delincuencia #chaperos | Rafael Amargo: «El chico que vivía en casa trabajó en la sauna de prostitución gay del padre de Begoña Gómez»

Rafael Amargo atiende a los medios de comunicación a su salida de la cárcel Soto del Real //

Rafael Amargo: «El chico que vivía en casa trabajó en la sauna de prostitución gay del padre de Begoña Gómez»

«Llevo tres años y medio callado. Voy a decir la verdad y toda la verdad de este delito provocado», aseguró el bailaor a su salida de la prisión de Soto del Real
El Debate, 2024-04-14
https://www.eldebate.com/gente/20240414/rafael-amargo-chico-vivia-casa-trabajo-sauna-prostitucion-gay-padre-begona-gomez_189155.html

El bailaor Rafael Amargo disfruta de su primer fin de semana en libertad provisional, sin medidas cautelares, tras salir este viernes de la prisión de Soto del Real (Madrid), y a la espera de la sentencia del juicio por el delito contra la salud pública del que ha sido acusado. «Llevo tres años y medio callado. Voy a decir la verdad y toda la verdad de este delito provocado. Me han destrozado la carrera», aseguró Rafael Amargo a su salida del centro penitenciario, donde se refirió a Pedro Sánchez, a su mujer, Begoña Gómez, y a los negocios del padre de esta, Sabiniano Gómez. El primer palo de Rafael Amargo fue para Sánchez.

«¿Qué está pasando en el Gobierno? El pobre es muy malo porque tener poder es muy fácil abusar de él y creer que eres el rey del mambo. Tener poder es muy malo...», afirmó el bailaor, que fue más allá con su siguiente respuesta ante los medios de comunicación.

«Resulta que el chico que vivía en nuestra casa, que era un chico que se dedicaba a trabajar como escort, donde trabajaba era en la sauna de prostitución masculina del padre de la señora del presidente del Gobierno», señaló Rafael Amargo que, llegado a ese punto, optó por echar el freno.

«¿Qué quiero decir? Que vamos a hacer el favor de tomar el sol, que se está muy a gusto en la playa...», concluyó Rafael Amargo.

Y TAMBIÉN…
>
Rafael Amargo defiende su inocencia y asegura que la droga encontrada en su casa es un producto para el pelo

El bailaor se ha presentado como víctima del proceso: «Me han arruinado la vida. Se han cargado una familia»
EFE | El Debate, 2024-04-12
https://www.eldebate.com/gente/20240412/rafael-amargo-defiende-inocencia-droga-encontrada-casa-producto-pelo_188842.html

#hemeroteca #trans #testimonios | Marina Villalba, orgullosa xerecista contra la transfobia: "He estado atrapada y ahora soy libre"

La Voz del Sur / Marina Villalba //

Marina Villalba, orgullosa xerecista contra la transfobia: "He estado atrapada y ahora soy libre"

La aficionada del Xerez DFC, insultada en la previa del derbi contra el Xerez CD, cuenta su historia. "Siempre he llevado dos vidas". Pasados los 50 años, dio el paso y ahora es "más feliz"
Francisco Romero | La Voz del Sur, 2024-04-14
https://www.lavozdelsur.es/la-voz-seleccion/reportajes/marina-villalba-orgullosa-xerecista-contra-transfobia-he-estado-atrapada-ahora-soy-libre_313123_102.html

Lo suyo con el fútbol es verdadera pasión. La radio tiene buena parte de culpa. Cuando era pequeña, sintonizaba las emisoras como buenamente podía. Trucaba los aparatos poniéndole una peseta en la ranura del volumen, para que funcionaran. O salía de su casa, en pleno campo, para tener cobertura. Si llegaba a un bar, se bebía las secciones deportivas del periódico que hubiera en la barra.

Con el paso de los años, no es que haya remitido esta fiebre. Al contrario, ha ido a más. Marina Villalba es futbolera, y xerecista, desde que tenía ocho años. Con sus amigos, jugaba al fútbol en La Guareña, una entidad rural de Jerez, donde se crio. Unas cañas hacían de portería. “Había un pozo, mierdas de vaca, muchos mosquitos en verano...”, recuerda.

Entonces, pasaba las tardes de los fines de semana siguiendo partidos, apuntando los resultados y haciendo sus propias clasificaciones recogiéndolo todo en sus libretas. Ahora sigue a su Xerez DFC, en categoría absoluta, pero también a la cantera, y escribe crónicas para la web de su peña, Xerecistas por el mundo. No han cambiado mucho sus tardes de domingo.

Sus gustos no han variado. Su vida, mucho. Marina se llama así desde hace unos años. Antes tenía otro nombre, masculino, porque nació hombre, pero siempre tuvo algo dentro que le decía que estaba en el cuerpo equivocado. Pero hasta los 51 años no se decidió a expresarlo públicamente. A dar el paso. A mostrarse tal y como era.

Hace poco, tristemente, fue noticia por los insultos que recibió en redes sociales. Una viñeta, de mal gusto y transfóbica a más no poder, recogía una foto de Marina junto a jugadores del Xerez DFC, durante la presentación de la equipación con la bandera arcoíris del colectivo LGTBI, de la que fue modelo. “Es gente cobarde”, comenta. Y será la única alusión al episodio. La historia de Marina va mucho más allá. Merece —como poco— estas líneas.

Xerecista desde la infancia

A Marina, como se ha dicho, le gusta el fútbol desde muy joven. Pronto se hizo xerecista. Nunca se le olvidará la primera vez que vio a su equipo, entonces el Xerez CD, en el estadio Domecq. “Mi primera vez fue saltando la tapia con unos amigos. Me impresionó mucho”, rememora.

Lo que sintió aquel día es algo que siempre ha llevado dentro. Acostumbrada a jugar en el campo, en la barriada rural jerezana, le impactó el verde del césped, las gradas llenas...

Así, empezó a acudir al estadio “cuando podía”. Pagaba su entrada cuando reunía dinero suficiente, porque no le alcanzaba para hacerse socia. Se hizo durante el destierro a Sanlúcar, “para no quedarme sin sitio, porque era un estadio más pequeño”. No quería quedarse sin ver a su equipo.

Y es que el fútbol es un elemento transversal a toda su vida. Cuando no lo ha vivido en las gradas, lo ha hecho a pie de campo cuando ejerció como árbitro. E incluso como personal de mantenimiento de un club, con lo que se ganaba un “extra” los fines de semana.

Ahora sigue al Xerez DFC, como antes lo hizo al Xerez CD, del que se desencantó cuando bajó a Tercera División por la abultada deuda que arrastraba. “Fue la gota que colmó el vaso, cuando dijeron que bajaba, lloré a mares”, confiesa. El futuro no sabe qué deparará, pero la unión que reclaman ciertos sectores la ve complicada.

“Siempre lo he tenido en la cabeza”
"Se me iban los ojos”, dice Marina Villalba cada vez que, desde su infancia, veía unos tacones, una falda o ropa asociada a la mujer. Era su debilidad.

Por eso cuando, en La Guareña, le tocó hacer de ángel durante una función escolar navideña, y se vistió con un camisón de su madre, se puso muy contenta. “Estaba loquita, era superfeliz”. Siempre supo que le gustaba, pero nunca le contó sus sentimientos a nadie.

“Es algo que siempre he llevado dentro”, cuenta ahora Marina, liberada después de muchos años de cautiverio dentro de su propio cuerpo. “Antes era una persona andante. Estaba en los trabajos y no sabía lo que hacía, tenía eso en la cabeza todo el tiempo”, relata.

A los 51 años, después de muchas vueltas a la cabeza, y con dos hijos de dos mujeres distintas, dio el paso que llevaba toda su vida deseando dar. Hace cinco años que se aumentó los pechos, el mismo tiempo que lleva esperando una operación de reasignación de sexo, es decir, una vaginoplastia (reconstrucción de vagina).

“Siempre he llevado dos vidas, la vida como hombre y la vida como mujer, pero interna, dentro de mí. Nunca lo he exteriorizado. Y es un sufrimiento”, cuenta ahora Marina, que es más feliz, más libre. Más ella.

Salir a la calle siendo Marina
Lo que más le costó a Marina no fue "salir del armario", entre su familia y su entorno, sino salir a la calle vestida como a ella le gustaba. "Me arreglaba, me vestía... pero me costó porque me daba vergüenza. Y lloraba de rabia", dice. Salía en coche, se bajaba y daba pequeños paseos. “Quería sentir que estaba en la calle como yo quería”.

“He estado atrapada y ahora soy libre. Nadie se imagina el sentimiento que se tiene. Ya soy lo que yo quiero, lo que siempre he querido desde chica. He estado 50 años escondida y ahora quiero que la gente lo vea”, expresa, ahora sí, a los cuatro vientos.

Pero el proceso fue lento. “Al principio, cuando venía con minifalda a la tienda lo hacía casi corriendo para esconderme. Pero me decía: ‘no, lo tengo que hacer’… Siempre he sido tímida”, confiesa.

Cuando iba a Chapín, a ver a su equipo, lo hacía recurriendo al alcohol, para desinhibirse. “Me tomaba tres cubatas para no pasar vergüenza”. Pero eso fue hace unos años. “Ya me da igual todo. Ni agua bebo. Hablo con todo el mundo, voy como me da la gana… es mi felicidad”, resume.

El día D
Un error suyo hizo que Marina Villalba, definitivamente, iniciara su nueva vida. En la tienda, guardaba ropa interior femenina que se ponía al acabar la jornada. En una ocasión, su exmujer la descubrió. Y le contó lo que sentía.

“Fue un shock para ella, yo lo entiendo”, dice Marina, que tenía entonces con esta mujer una hija de nueve años. “A mi hija se lo conté y me dijo: ‘Me da igual, yo te quiero igual’. La abracé, me harté de llorar y pensé: ‘Esta va a ser mi puerta’”.

Anteriormente, tuvo otra relación, de la que nació un hijo. “Siempre he estado con las personas por amor, nunca ha sido una tapadera ni nada así”, dice Marina, que durante muchos años de su vida estuvo “confusa”.

“Venía luchando con mis sentimientos, viéndome el cuerpo y diciendo que soy un hombre para quitarme la idea, pero dándole vueltas a la cabeza las 24 horas”. Solo sabía que vistiéndose con ropa femenina era “como estaba a gusto”. “Sentía un cosquilleo por el cuerpo”.

Antes y después en su tienda

En la barriada de La Granja, Marina Villalba es muy conocida. Por un vecindario que, seguramente casi al completo, haya comprado alguna vez en su tienda de alimentación.

Hace casi un cuarto de siglo que está al frente de un negocio en el que, muchas de sus clientas, la han conocido antes de su reasignación de sexo. Y ahora como Marina.

“Hay a quien le ha costado llamarme por mi nombre femenino. Al principio las dejaba, pero ya las corrijo, no me callo. Que me llamen en masculino es una puñalada que me dan”, relata.

Una vez que dio el paso, tuvo su periodo de adaptación. “No quería que me vieran, pero necesitaba salir del armario, como se suele decir, psicológicamente lo pasaba mal y no dormía por las noches”. Ahora duerme a pierna suelta. Tranquila. Feliz. Siendo ella.

sábado, 13 de abril de 2024

#hemeroteca #gais #transgresion | Dios es gay

Dios es gay
Wenceslao Bruciaga | Milenio, 2024-04-13

https://www.milenio.com/opinion/wenceslao-bruciaga/el-nuevo-orden/dios-es-gay

Recordando a Kurt Cobain //
Hablando desde el resentimiento: me sigue pareciendo injusto y escandaloso que el onomástico por los 30 años del “Nevermind” pase de largo. Inadvertido como los discos y conciertos de Elbow. Que nadie compra y a los que nadie va. Cuando es de las grandes bandas que ha dejado la cruda del britpop. Sus letras son de absurdo entrañable que te descolocan sin que te des cuenta. Así es el mainstream, una madame corrupta que cotiza el placer.

Desde luego, entiendo las razones por las cuales esto suceda. A nadie le importan los cuarentones, puesto que el mundo le pertenece a la inmediatez digital. Y los gays están muy preocupados y neuróticos deslindándose de la derecha, como para poner atención a un disco que además de cantarle un tiro al pop, se aliaba con las causas de la lucha gay, infringiendo las normas de la decencia buga.

Cuando Kurt Cobain gritaba al final de “Stay away” que “Dios era gay”, prendía fuego a los valores sagrados de las iglesias que alimentan la homofobia con su repulsión al sexo anti-reproductivo. Al colocar a Dios en posición de sodomía, declaraba la guerra al pecado y todos sus mojigatos ensayos de infundirnos miedo el infierno en cada sermón de domingo. Quién lo diría. Casi 25 años después, gays aplaudiendo coqueteos del papa Francisco hacia los sodomitas homosexuales haciéndoles creer que la Iglesia católica no los repudia tanto. Siempre y cuando no se dejen llevar por su lujuria anal. Lo cierto es que el Vaticano siempre termina por desmentir al Papa y los gays vuelven a hacer las maletas rumbo a las llamas eternas.

La iglesia nos odia. La frase tuvo su origen en los grafitis que escribió el mismo Kurt en las bardas de Aberdeen y Olympia, cerca de Washington. Atrevimiento que le costó un arresto. Existe una famosa ficha policial con la típica foto gringa de Cobain de frente y de perfil.

Ninguno de los cantantes de las nuevas generaciones gays se han atrevido a blasfemar tanto como lo hizo Nirvana. Para empezar, la música, en casi todos sus géneros, se ha suavizado. Con la hipersensibilidad exhibicionista de las redes sociales, todos quieren cantar sobre sus lloriqueos que les provoca su recién descubierta hipersensibilidad. Nirvana también lo era a su manera. “Polly” y “Lithium” son tracks donde la sensibilidad es la que inspira el pesimismo que supura gritos.

Curiosa lucha contra la invasión de la derecha de la mayoría de los nuevos cantantes gays, las temáticas de reivindicaciones homosexuales no distan mucho de los preceptos conservadores. Solo tienen voz para instituciones que ya han evidenciado su fracaso, como el matrimonio, la monogamia romantizada o el consumismo feroz como vía de inclusión que todo lo envuelve en banderas de arcoíris. La mutación de las ideas progresistas como nuevo convencionalismo social, quitando a la homosexual cualquier fisonomía de transgresora inestabilidad.

Por supuesto el odio a sí mismo de Kurt Cobain no tiene cabida en una era cargada de autoestima sofisticada. Aun cuando el “Nevermind” se adelantaba a la desconstrucción de los pilares y Cobain terminó cancelándose a sí mismo. Ha sido de las grandes lecciones de Nirvana. Estamparnos en la jeta la inevitabilidad de la muerte. Algo que no existe en quienes postean sobre el presente como si nunca fueran a envejecer.

viernes, 12 de abril de 2024

#hemeroteca #trans #derechos | El Parlamento alemán aprueba la autodeterminación de género en el registro civil

Manifestación a favor de la nueva ley trans en el Bundestag de Berlín, este viernes //

El Parlamento alemán aprueba la autodeterminación de género en el registro civil

La norma, que entra en vigor en noviembre, sigue la estela de la ley española: elimina los informes médicos y un proceso judicial para cambiar el nombre y la asignación sexual en los documentos
Almudena de Cabo | El País, 2024-04-12
https://elpais.com/sociedad/2024-04-12/el-parlamento-aleman-aprueba-la-autodeterminacion-de-genero-en-el-registro-civil.html

En medio de fuertes críticas y acalorados debates en el Parlamento alemán, los diputados alemanes dieron finalmente luz verde este viernes a la nueva Ley de Autodeterminación de género con la que se facilita el cambio de género y nombre en el registro civil.

En el futuro bastará con una declaración en el registro local para cambiar la inscripción. Hasta ahora, esto requiere dos informes psiquiátricos que incluyen preguntas íntimas y un largo procedimiento judicial, algo que había sido duramente criticado por los afectados al calificar estas exigencias como “muy estresantes, degradantes y costosas”.

Alemania se suma así a la estela de países como España en los que ya se pueden modificar el género en los documentos oficiales sin cumplir con los requisitos médicos sobre cirugía de reasignación de sexo que suelen pedir la mayoría de Estados.

“Mostramos respeto por las personas trans, intersexuales y no binarias, sin quitar nada a los demás. Así es como seguimos impulsando la modernización de nuestro país. Esto incluye reconocer las realidades de la vida y hacerlas legalmente posibles. #Leydeautodeterminación”, escribió el canciller alemán, Olaf Scholz, en la red social X, sobre una ley que formaba parte del paquete de medidas acordado en el acuerdo de coalición de Gobierno entre socialdemócratas, verdes y liberales.

La nueva ley, que contó con un total de 374 votos a favor, 251 en contra y 11 abstenciones en el Bundestag (cámara baja del Parlamento alemán), entrará en vigor el próximo 1 de noviembre, pero a partir de agosto ya se podrá solicitar el cambio en el registro, ya que dura tres meses hasta que es efectivo.

Para la ministra de Familia alemana, Lisa Paus, con esta nueva ley ―que sustituye a la controvertida Ley de Transexualidad de 1980― se trataba de poner fin a una situación que en su opinión no era sostenible y que era “realmente discriminatoria para estas personas y que les ponía obstáculos adicionales poco razonables”.

Los menores de 14 años no pueden hacer la declaración en el registro civil por sí mismos. Debe hacerlo el representante legal, pero siempre acompañado del menor. Si la persona tiene entre 14 y 18 años, puede hacer la declaración en el registro civil por sí misma, pero necesita el consentimiento de su representante legal para su validez.

En caso de conflictos, el tribunal de familia puede tomar la decisión. El criterio debe ser el interés superior del menor. El joven, o los padres, en el caso de los menores de 14 años, también deben declarar que han recibido asesoramiento previo. Este asesoramiento puede ser proporcionado por un psicólogo o por los servicios de bienestar infantil y juvenil. Además, para proteger la intimidad de las personas, también se prohíbe ―de forma similar a la ley actual― consultar las inscripciones anteriores de género o los nombres de pila. En cuanto a la crítica de que el límite de edad de 14 años es demasiado bajo, la ministra de Familia recordó que “a los 14 años, por ejemplo, también se puede decidir a qué religión se quiere pertenecer”, por lo que esto responde “simplemente a la lógica de la legislación alemana”.

Para muchos se trata de un día histórico. “La humillación ha llegado ahora a su fin”, explicó en el Bundestag el Comisario de Asuntos Queer del Gobierno alemán, Sven Lehmann. Mientras, la diputada de Los Verdes Nyke Slawik, que ella misma tuvo que cambiar su género de entrada con la normativa anterior, dio las gracias a todos los que habían hecho posible la nueva ley. “Como persona trans, experimentamos una y otra vez que nuestra dignidad se convierte en una cuestión de negociación”, explicó sobre un proceso que a ella le costó dos años y casi 2.000 euros. “Esto ha llegado a su fin”, agregó sobre un cambio que cuenta también con el apoyo de la Conferencia Alemana de Psicoterapeutas desde hace tiempo.

La ley aprobada estipula que la inscripción del sexo puede volver a cambiarse al cabo de un año. No afecta a las intervenciones médicas para la reasignación de género. Para ello se aplican reglamentos y directrices independientes.

A pesar de que partes de la antigua ley habían sido declaradas inconstitucionales por el Tribunal Constitucional alemán en repetidas ocasiones, en especial por los procedimientos humillantes para los afectados, la nueva ley contó con la oposición de los conservadores, de la ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD) y de la Alianza de Sahra Wagenknecht. Sin embargo, la mayoría formada por socialdemócratas, liberales y verdes hizo que pasara sin problemas por el Bundestag.

La política conservadora Mareike Lotte Wulf criticó el hecho de que la ley no hace nada para prevenir “posibles abusos”, ya que “los nombres de pila y las entradas de género pueden cambiarse sin condiciones previas”. Además, señaló que con la nueva ley el Estado descuida su “función protectora hacia los niños y jóvenes”. Mientras, el diputado de AfD Martin Reichardt se burló diciendo que “de repente, todo el mundo puede ser cualquier cosa” y la calificó de “ley absurda”, “de extremistas trans”.

jueves, 11 de abril de 2024

#hemeroteca #poblacionromani | Violeta Pérez Manzano: «Si mi voz llega a una sola persona gitana y eso le inspira, ya habré cumplido»

Campusa / Violeta Pérez Manzano //

Violeta Pérez Manzano: «Si mi voz llega a una sola persona gitana y eso le inspira, ya habré cumplido»

Primera alumna de etnia gitana que se gradúa en Derecho en la UPV/EHU
UPV/EHU | Campusa, 2024-04-11
https://www.ehu.eus/es/-/violeta-perez-primera-alumna-gitana-graduada-derecho

La Facultad de Derecho (Bizkaia) celebra mañana el Acto de Entrega de Diplomas en Bizkaia Aretoa. En esta ocasión, concurre un acontecimiento especial y consiste en que se gradúa en Derecho por la Universidad del País Vasco la primera mujer de etnia gitana, Violeta Perez Manzano.

La relevancia del hecho de que sea mujer, de etnia gitana y la primera graduada en Derecho por la UPV/EHU constituye una noticia de interés para la universidad pública, pues como certifica un estudio realizado por la Fundación Secretariado Gitano, a nivel estatal únicamente el 17% de las personas gitanas tienen terminados los Estudios Secundarios Obligatorios, frente al 77% de la población en general. Y, de ese pequeño porcentaje, únicamente el 3% termina los estudios universitarios.

Nos han dicho que has sacado muy buenas notas en el Grado de Derecho. Ahora estudias el Master de Abogacía y Procura. Lo tuyo y el Derecho es vocacional, ¿verdad?


No creas, tras hacer la selectividad dudé entre Derecho y ADE (Administración y Dirección de Empresas). Al final me decidí por el Grado de Derecho, y la verdad es que me ha aportado mucho. Gracias a lo que he aprendido en la carrera sobre los Derechos Humanos, conozco los derechos que tenemos y la expresa prohibición de toda discriminación, y en particular la ejercida por razón de sexo, raza, color, origen étnico o social.

Específicamente mi Trabajo Fin de Grado me sirvió para conocer la historia jurídica de las leyes antigitanas que se han promulgado en España en los últimos 600 años. Las personas gitanas hemos sido violentadas, discriminadas e incluso, hemos sufrido varios intentos de exterminio, uno de ellos en el Estado Español en 1749. Todas estas leyes antigitanas han estructurado un sistema social, político, económico y cultural antigitano por definición, lo que ha supuesto y supone graves consecuencias en el legítimo ejercicio de nuestros derechos. Es por ello que, a través del Derecho, de la formación que escogí y en la que sigo formándome, podré defender, a través de las vías existentes, el cumplimiento de la legislación existente (En estos momentos, Violeta Pérez Manzano compatibiliza sus estudios de postgrado con el trabajo en las asociaciones Romi Berriak y Amuge - Asociación de Mujeres Gitanas de Euskadi)

Mañana se celebra el Acto de Entrega de diplomas de las y los Graduadas y Graduados en Derecho de la Facultad de Derecho Bizkaia, en el Bizkaia Aretoa. La relevancia del hecho de que seas mujer, de etnia gitana y la primera graduada en Derecho por la UPV/EHU nos parece que constituye una noticia de interés para nuestra Universidad. ¿Tú cómo lo vives?

Yo vivo este momento con mucho orgullo, ya que no es una victoria individual, sino fruto del esfuerzo colectivo que mi familia ha realizado para vencer cada barrera antigitana y garantizarme todas las opciones formativas. Que puedan vivir junto a mí este momento es una alegría y doy gracias por poder tener una familia que me haya acompañado y arropado de esta forma.

Desmontas estereotipos. No se pueden extender las características de algunas personas a una cultura, ¿verdad?


Primero hay que pensar de dónde vienen estos estereotipos, ya que son reflejo del antigitanismo que se tienen hacia las personas gitanas. Estos estereotipos nos homogenizan, y en ocasiones utilizan aspectos valiosos para nosotras para tratar de ridiculizarnos. Recuerdo a una profesora del instituto que me dijo que los gitanos «solo servimos para la música y para el mercadillo». Realmente ella quiso ningunear dos valores fundamentales para nuestro pueblo, como lo son el arte y el trabajo. La realidad es que el mercadillo es el sector que ha permitido al Pueblo Gitano subsistir y es fundamental para entender nuestra historia. Yo estoy muy agradecida al mercadillo porque es lo que ha permitido que me forme y que a día de hoy pueda luchar en la defensa de los derechos del Pueblo Gitano. Las personas gitanas somos diversas y nos revelamos contra la homogenización a la que nos han querido enfrentar, declamando nuestra singularidad y poniendo en valor nuestra cosmovisión social, política y cultural.

¿Has sufrido mucho racismo en el sistema educativo?

Yo personalmente he tenido la suerte de no haber sufrido la segregación escolar directamente, que es una de las caras más visibles del antigitanismo en el sistema educativo, pero por desgracia sí lo he vivido de forma indirecta: el sistema educativo nos hace creer que estudiar no es para nosotras. Yo misma lo he vivido en primera persona, sientes que no eres capaz, que esto de estudiar un grado en la universidad no es lo tuyo. De hecho, durante el primer año del grado de Derecho dejé la carrera, sentía que no era suficiente y estuve unos meses sin ir a clase. Estaba segura que no volvía, pero gracias al apoyo de mi familia lo retomé.

¿Puedo añadir una cosa más?

¡Claro!


Respecto a la universidad y mi grado, echo en falta que en las asignaturas que he estudiado en el grado no se hayan tratado más las leyes discriminatorias que han existido contra el pueblo gitano, por ejemplo.

El último estudio realizado en 2019 por la Fundación Secretariado Gitano sobre la situación de la población gitana en España en relación al empleo y la pobreza, ratificaba que únicamente el 17% de las personas gitanas tienen terminados los Estudios Secundarios Obligatorios, frente al 77% de la población en general. Y, de ese pequeño porcentaje únicamente el 3% termina los estudios universitarios. ¿Cómo se le pueda dar la vuelta?

La falta de referentes es una gran dificultad y una notable falta de motivación para nosotras como alumnas. Yo, por suerte, he tenido un referente muy importante en mi tío Ramon, que estudió Educación Social en la universidad, y gracias a ese referente, estoy segura, que he llegado hasta aquí. De igual modo, valoro la resiliencia y capacidad de adaptación de mi madre y mi abuelo, ambos se formaron en Educación para Adultos.

Por eso parece importante que en actos como el de mañana, personas como tú tengáis una voz.


Si mi voz llega a una sola persona gitana y eso le inspira de cualquier modo, a formarse, a enfrentarse a las violencias a las que el sistema nos reta y a llegar a acuerdos entre nosotros y luchar conjuntamente, ya habré cumplido.

¿Qué te gustaría transmitir a la comunidad universitaria respecto a la situación del alumnado gitano?

Me gustaría que cada agente que componemos el sistema educativo seamos capaces de trabajar de forma coordinada para garantizar una formación libre de violencias antigitanas. Para ello, es vital acabar con la segregación escolar, y garantizar una escuela de máximos educativos, que garantice la igualdad de oportunidades y que posibilite que cada niña gitana pueda soñar con un futuro de posibilidades.